
Malditos y eternos espejos
que me hacen zozobrar,
mientras veo tu cara del revés,
mi cuerpo surcándote a dentelladas.
Erótica perspectiva del ser.
Y se apaga la luz y se nubla la conciencia,
si me amarro a tu cuello
y me pierdo sin rumbo,
en tu bosque,
sin migitas de pan para volver a casa.
Un ritmo, dos ritmos, tres ritmos,
¿cómo lo quieres?
intenso,
bebiendo piel, robándole a la vida.
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